NOELIA LÓPEZ
Se está cayendo el viento
resbala pesado, indolente
entre los pinos mojados.
La voz de las voces es ave.
Aún no hemos visto la luna
con sus fases, sus temblores
el viento muere, y no se nota.
De la mano de sus nietos
camina una puta retirada
en la vigilia.
Se nos ha caído el viento,
y todos, menos yo
hacen como que no saben.
Las manos del agua me evaden.
Las lágrimas, piedras, no salen.
La perra en la esquina me mira
me anticipa, desafiante
con ojos oscuros, ahumados
traspasa mi frente humeante
el viento se va, se me cae.
Tal vez fue mi estela dormida
mi desidia galopante
la que tiró al viento en su cielo
hizo jirones de mi aire
se lo llevó arriba, muy lejos
donde no puede esperarme
donde no espera tocarme.
No hay aire, no hay tierra
no hay nada
sólo agua en mi pecho inflamable.
Me siento a esperar los camellos
en este desierto rodante.
La luz de las luces es carne.
El viento se ha muerto en mis ojos
lo vi decaer
desgarrarme
ya es noche y las hojas descansan
cubriendo el camino,
ya es tarde.
«Y luché contra el mar toda la noche,
desde Homero hasta Joseph Conrad,
para llegar a tu rostro desierto
y en su arena leer que nada espere,
que no espere misterio, que no espere.» Gilberto Owen
sábado, junio 28, 2008
martes, junio 17, 2008
Los coches no vienen por mí
RAFAEL FÉLIX
Los coches no vienen por mí
Ningún coche viene por mí
En ellos avanzaría rápido
Pero ellos no llevan a jóvenes llagosos
Lacrimosos
Supurosos de una lava que no lava.
Mejor me iré a ganguear mis gangrenas caminando.
Los coches no vienen por mí
Ningún coche viene por mí
En ellos avanzaría rápido
Pero ellos no llevan a jóvenes llagosos
Lacrimosos
Supurosos de una lava que no lava.
Mejor me iré a ganguear mis gangrenas caminando.
Etiquetas:
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