«Y luché contra el mar toda la noche, desde Homero hasta Joseph Conrad, para llegar a tu rostro desierto y en su arena leer que nada espere, que no espere misterio, que no espere.» Gilberto Owen

viernes, enero 07, 2011

Cinco poemas de Juan López Cortés

Después del presente

Caeremos con la noche,
en la inercia sin rostro de las cosas,
y el otoño, y el cansadísimo vuelo de unos pájaros,
contarán una roja agonía.

Caeremos al presente,
Y serás ese rio que Heráclito no tuvo.
Un viento amordazado y la llameante tarde,
hurtarán al instante su más alta altitud.

Caeremos desnudos, arboles en otoño;
y sin dioses en la boca,
el Don de la eternidad nos dirá su secreto,
y  dentro, dentrísimamente dentro, caeremos.


Un alto en California

Las olas sacuden sus remos;
un desesperado aire blanco,
arrincona la pradera marítima.

Por un momento parpadear es inútil;
mi perplejidad se llena de espuma.
No obstante, parpadeo
 y un reposo descomunal todo lo fija,
en el acerado resplandor.

Un vasto lienzo de agua,
es ahora Ensenada.


Lost generation

El faro es en la noche un ojo neutro.
Su luz inunda el tedio de goces fortuitos;
 el tedio  es  otro faro,
 morada de los que atisban un ocio sin orillas.

El faro se hizo  imán:
trajo agua sedentaria, 
a  nuestros ríos nómadas.

Entre el tedio y el faro,
naufragó nuestra existencia;
le dimos  voz al mundo,
y nuestra época habló con nombre propio.


Aun sin saberlo

Eres la adolescente que vi  pasar.
Tu rostro, universal para mis noches,
sacudió mi soledad.

Nada hizo la mirada por atajarte.
¿Buscabas medir el cielo?
Pues no paraban de andarlo tus ojos.

Eras el tiempo.
Un hilo de agua.
Y  Yo me ahogaba en ambos resplandores.

Mi boca no procuró nombrarte,
ni te apremié de acechos y palabras.

Nunca aposté al presente tu presencia,
pero pasabas siempre, siempre pasabas.

No jugué a los azares con el futuro,
descreía de él, igual que ahora.

Silenciosamente dentro,  mi voz te gritaba.
Eras la adolescente, y yo: ¿qué era?


Dying swan

La noche que no dices,
en otra boca asomará.
Resistencia ¿ante que oscuridad?
te contienes de nombrarla.
La noche que No.
Calla la oscuridad su régimen de estrellas.
 Otoño repite sus días y sus alas,  en indolente nausea.
La noche que.
La noche, apagada o harta en epifanías,
se meterá debajo del asombro,
y,  entre un Si y un No, buscará su badajo.
El cisne negro de la noche, cierra su vuelo ahora.
La noche.