«Y luché contra el mar toda la noche, desde Homero hasta Joseph Conrad, para llegar a tu rostro desierto y en su arena leer que nada espere, que no espere misterio, que no espere.» Gilberto Owen

domingo, marzo 25, 2007


SOBRE POESÍA
Leonel Rodríguez

En los últimos días ha surgido en el ambiente cultural de Los Mochis la pregunta de para qué sirve la poesía, cuál es su utilidad, si tiene alguna, en el momento que vivimos. Como interesado del tema y aprovechando el espacio que se me ofrece, me dispongo a dar mi punto de vista. De inicio debemos aclarar que la poesía no sirve, ni se pretende que sirva, para ganar dinero. De igual manera, la poesía no es un producto fabricado en serie ni un artículo que dé cabida a sentimientos de superioridad con respecto al hombre vecino. La poesía no es fragmentación, división ni ceguera.

La poesía escrita es un lenguaje que busca preguntas acerca de lo que está vivo y nos es más íntimo... A su vez, estas interrogaciones brotan de la vida misma, del hombre que ha despertado vitalmente. Al actuar así, la poesía descubre, a veces en modos imperceptibles de inmediato, el sitio que cubrimos en el mundo. El acto de dudar, de inquirir sobre lo misterioso, sobre los astros, sobre el inconsciente, es la manera verdaderamente real que tenemos los hombres de cobrar cabal sentido de nuestra posición y nuestros intereses. La vida es una fuerza inexpresable si no se actúa haciendo uso de la imaginación y la lucidez.

El hoy, el momento fugaz que vivimos, que podemos percibir como inabarcable, encuentra su razón de ser en el eterno presente del arte y particularmente en el orden que dibuja la poesía. Los poetas no buscan la evasión del mundo: quieren cambiar al hombre desde el hombre; el mundo no es más que una multitud de hombres en desorden.

Los poetas trabajan con el lenguaje; viven en él y le dan forma. Es en la poesía que se lee lo robusto de la lengua o su gradual empobrecimiento. La memoria de lo que fuimos, el saber de lo que somos esencialmente, está contenido en los mejores poemas: La tierra baldía de Eliot, La estación violenta de Paz, la obra de Novalis, la poesía clásica china, entre algunos otros, son todos ellos testimonio de la historia del hombre. Los arqueólogos creen descubrir las ruinas de los muros de Troya y a partir de este hecho levantan teorías, escriben historias acerca de la humanidad de otro tiempo: en realidad dan cuerpo, hoy, al sueño del poeta ciego Homero. El hombre triunfa con el lenguaje y las palabras formadoras de poemas que habitan su cerebro dando claridad a su rostro, a su ser: a su amor y su muerte. Si entendemos que la poesía, que se expresa verbalmente a través de los poemas, ofrece esta limpieza de mirada y entendimiento ¾junto al placer que implica descubrir esto¾ y con ello la definición de identidad: claridad de miras; acordaremos en que la poesía tiene una función que muy bien cabe en estos días.

Asentar públicamente una respuesta a la pregunta acerca de la utilidad de la poesía, que en cualquier caso tiene carácter estrictamente personal, es útil en el sentido de que puede propiciar una conversación entre los interesados en el tema ¾se hace la invitación desde ya: sería deseable ver en tinta los nombres de los poetas locales probándose en este ejercicio de crítica.
leonelrs@hotmail.com

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